Uno de los temas que generan mayor controversia dentro de una organización es encontrar el equilibrio perfecto entre lo que debe dar la empresa y lo que deben recibir los empleados.
Por lo general, las empresas que se preocupan por satisfacer las necesidades reales de sus trabajadores, encuentran un ambiente propicio para trabajar y pueden esperar rendimientos superiores en ellos.
Además, el objetivo principal al revisar el desempeño de un empleado debe ser su desarrollo, su carrera y las mejoras como persona y como empleado; no la crítica ni el recalque público sobre sus errores, ¿o sí?
Cómo asumir con éxito la dirección de un equipo
Reflexiona con nosotras en este episodio. Contamos con Eli, Luis y Eva:
- ¿Qué esperas cuando la gente se presenta a vuestros puestos de trabajo?
- En la redacción de la vacante, ¿incluís las soft skills? Resiliencia, pensamiento crítico, compromiso, flexibilidad, trabajo en equipo, mentalidad de crecimiento, aprendizaje constante, creatividad, habilidades digitales y toma de decisiones basadas en datos.
- Cuando surge un conflicto en la empresa, ¿cuáles son los roles que reconocéis?
- ¿Existe algún perfil dinamizador de equipo o son las jefas directas y jerarquías las que se imponen?
- ¿Cómo creéis que os ayudan el resto de compañeras en vuestro día y desarrollo? ¿Creéis que aportáis lo mismo?
- Para obtener el éxito, ¿creéis que la empresa debe partir de una comunicación bidireccional con los empleados y transmitirles los valores centrales de la compañía, la visión y metas?
- Transparencia VS cautela, ¿ejercemos presiones indebidas sobre las trabajadoras?
Cualidades que esperamos de una persona trabajadora en nuestra empresa
Comunicarse
Mantener la comunicación fluida y en positivo. Si uno busca un ascenso o tiene unas expectativas con el puesto de trabajo que no se están cumpliendo, ha de decirlo. Los jefes no están en la mente de sus trabajadores y puede que simplemente no sean conscientes de las aspiraciones que tiene una persona. La posibilidad de obtener una negativa es real, pero también lo es la oportunidad de conseguir ese avance que se está buscando.
Aprender constantemente
El primer punto hace referencia al aprendizaje, y es que el mundo cambia a pasos agigantados. Los métodos que se usan ahora estarán obsoletos dentro de cinco años, y por eso se hace necesario actualizarse. Al fin y al cabo, el conocimiento capacita para hacer un mejor trabajo y los líderes de la compañía preferirán a alguien que está al día con las últimas innovaciones.
Ponerse al día con las tendencias
Esto está relacionado con el primer punto. Además de aprender nuevos conceptos y ampliar conocimientos sobre el sector, hay que mantenerse al día. Esto quiere decir informarse acerca de las últimas noticias y de las tendencias que hay actualmente en el sector. Ejemplos de esto pueden ser normativas nuevas que afecten a la actividad, modas que habrá que seguir para mantenerse a la vanguardia, etc.
Puntualidad y presencia
Aunque debería darse por hecho, no está de más destacarlo. Para avanzar profesionalmente, habrá que ser siempre puntual, a no ser que haya un motivo que justifique el llegar tarde. También habrá que dar una buena imagen en cuanto a vestimenta. Simplemente se trata de dar una sensación acorde a lo que se quiere conseguir.
Aportar ideas
Una manera de destacar es aportar ideas innovadoras, que contribuyan a un mejor funcionamiento de la empresa. A veces en las reuniones se tiende a dejar hablar a los jefes y contestar solo cuando se pide, pero esta no es una buena actitud para progresar hacia las expectativas profesionales. Lo ideal será opinar, plantear áreas de mejora y proponer soluciones.
Aprender a decir que no
Para lograr lo que se quiere también hay que rechazar lo que no se quiere. En el ámbito profesional esto quiere decir que no se puede aceptar todo lo que se ponga delante incluso si es algo que no convence.
Si hay un puesto de trabajo en el que se piden horarios imposibles y se ofrece un sueldo irrisorio, por ejemplo, una negativa a tiempo es la mejor opción. Siempre se pueden negociar las condiciones, pero aceptar algo que va en contra de las expectativas laborales solo retrasará el momento de conseguirlas, causando frustración por el camino.
Aportar un valor añadido
Para crecer dentro de una misma empresa, un consejo es aportar más de lo que se pide, ir más allá de las tareas y demostrar que hay mucho para ofrecer. De esta manera puede que los jefes lleguen a considerar a esta persona para un puesto superior.
Sin embargo, hay que tener cuidado. Tampoco hay que llegar a asumir tareas que no se puedan cumplir o que conlleven un esfuerzo poco asumible. Esto solo puede derivar en malos resultados o en un estrés que nadie quiere en su puesto de trabajo.
Inteligencia emocional
Hoy en día, una de las características más valoradas por las empresas es la inteligencia emocional, cualidad que no es nada fácil de conseguir. Se trata de la capacidad de gestionar bien nuestras propias emociones (entenderlas, seleccionarlas, trabajarlas…) y las de los demás, generando resultados positivos. Si conseguimos controlar las emociones, lograremos también otras cualidades importantes, como la motivación, la empatía o la capacidad de liderazgo.
Ambición
Otra cualidad muy valorada por los empresarios es la ambición. Todo empleado debe tener metas, ya sean laborales (dentro y fuera de la empresa) o personales. Por ejemplo, a la hora de seleccionar un nuevo trabajador, las compañías valorarán el hecho de que el demandante quiera saber manejar una nueva herramienta o dominar en alguna actividad.
Compromiso e implicación
Además de ser ambiciosos, los empleados deben mostrarse comprometidos e implicados con la empresa. Así, es importante estar muy motivado y demostrar las ganas de seguir adelante.
Trabajar en equipo
Las empresas de hoy en día también valoran mucho la capacidad de trabajar en equipo, lo que quiere decir que el empleado deberá estar dispuesto a convivir y colaborar con sus compañeros, siendo solidario.
Actitud
Lógicamente, para ser un buen empleado hay que tener una buena actitud, cualidad que engloba muchos aspectos: el respeto hacia los demás, la puntualidad, asumir responsabilidades, cumplir con lo prometido, reconocer los errores y aprender de ellos, valorar los aciertos del resto, tener una buena relación con los compañeros…
Adaptarse a nuevas situaciones
Teniendo en cuenta que el mundo está en constante cambio, las empresas buscan empleados que se adapten a nuevas o complejas situaciones sin dificultad.
Productividad
Por supuesto, a la hora de escoger un empleado, las empresas tienen muy en cuenta que éste sea productivo. Para ello, es fundamental ser responsable y organizado, cualidades que ayudan a gestionar el tiempo.
Proactividad
Más allá de la productividad, otra cualidad muy valorada es la proactividad, que se traduce en generación de iniciativas, emprendimiento de acciones y asunción de responsabilidades.
Conocimiento de las nuevas tecnologías
Teniendo en cuenta la importancia que hoy en día tienen las nuevas tecnologías, para ser un trabajador ideal es importante dominarlas.
Positividad
Por último, y no por ello menos importante, el trabajador ideal debe ser positivo. Tener una visión optimista de la vida influye sobremanera en lo que cualquier persona hace, ayudándola a afrontar todos los retos que se le presenten.
Libro recomendado: Ayúdele a la Gente a Ganar en el Trabajo: Una Filosofia Llamada: "no Califique mi Examen, Ayúdeme a Obtener la Mejor Nota" de Ken Blanchard y Garry Ridge.
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